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Iglesia parroquial de San Millán
Imagen Iglesia parroquial de San Millán
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Dirección:
Plaza Mayor
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La Iglesia Parroquial de San Millán que se debió de empezar a construir a principios del siglo XVI sobre otra menor situada en el mismo lugar, de trazas románicas, ya que los restos que llegaron a nuestros días del antiguo cementerio adosado a la iglesia y de la sacristía conservaban arcos de medio punto, propio de las construcciones románicas, el pueblo crecía y la iglesia se quedaba pequeña para albergar a todos los asistentes, motivo por el cual se procedió a la ampliación del templo ahora de corte ojival.

El edificio era de tres naves de igual altura dividido en tres tramos, cubiertos con bóvedas de crucería estrelladas y terceletes que eran formados por arcos apuntados, que a su vez descansaban en gruesas columnas. La capilla mayor ha sobrevivido y tiene la misma anchura que antes tuviera la nave central; es de escasa profundidad. El tramo que la antecede, también se ha conservado y se cubre conla bóveda descrita anteriormente que sirve de testimonio para recordar el tipo de bóveda que antes cubría toda la nave central de la iglesia.

El exterior tenía fachada con torre en forma de espadaña donde se albergaban las campanas.

De esta iglesia sólo se conserva la cabecer, puesto que en 1958 se derrumbó más de la mitad de la iglesia, el resto es de moderna construcción que forma una amplia y luminos nave que se inauguró en 1996. No obstante, conserva importantes obras escultóricas distribuídas por todo el templo.

En el presbiterio encontramos cuatro columnas de un retablo rococó enmarcan el altar mayor. Suspendido sobre este altar aparece una escultura de Cristo crucificado, que es buena talla de la segunda mitad del siglo XVI.

La que antiguamente fue capilla mayor, es hoy una capilla lateral situada en la nave de la epístola. Sirve de espléndido marco para albergar al que fue retablo mayor que es una de las mejores obras de escultura y pintura del renacimiento en Castilla.

El retablo mayor de la iglesia ha suscitado gran atención entre los historiadores del arte y tanto sus esculturas como sus pinturas han sido objeto de abundantes citas. está realizado por el pintor vallisoletano Jerónimo Vázquez, compuesto de cuatro cuerpos y horizontalmente se divide en cinco compartimentos ocupando el central imágenes de escultura; los inmediatos a este por uno y otro lado, tienen cuadros de pinturas en tabla y los de las partes laterales composiciones ejecutadas en medio relieve.

El sitio principal del retablo está ocupado por la imagen de San Millán, Abad; encima de la Asunción de Nuestra Señora y en la parte más alta, la coronación de la Virgen y la espiga del retablo figura un templete sobre el cual aparece Cristo crucificado. Asus dos lados imágenes de los soldados durmientes.

En la línea de la izquierda y contando de arriba abajo, hay pinturas del nacimiento de Jesucristo, la Salutación a Santa Isabel, del Descendimiento y una de asunto ignorado; así como en la línea de la derecha están la Adoración de los Reyes, el nacimiento de San Juan Bautista, el embalsamamiento del Señor y otro asunto desconocido, terminando en ambos extremos con cuadros de relieve, al aizquierda la Asunción, San Millán de pastor y David con el arpa y a la derecha la circuncisión, la muerte de Nuestra Señora, la de San Millán entre sus monjes y Josué con la espada. Hay también imágenes de Santa Lucía, Santa Bárbara, Santa Catalina y Santa Águeda; en el basamento, Doctores y Evangelistas .

En la parte alta como terminación, se destacan a los lados San Pedro y San Pablo y el centro el característico crucifijo con la Virgen y San Juan. La separación arquitectónica al encuadrar los diversos compartimentos es bastante movida y el ornato de las columnas está limitado tan sólo al tercio inferior, lo cual unido al carácter dominante del conjunto y a la factura de la parte escultórica, nos hace sospechar, la posibilidad de que la obra perteneciese a la segunda mitad de la centuria decimosexta.

Continuando por la Sacristía encontramos más obras de arte como es una escultura de San Pablo de finales del siglo XVI, con policromía del siglo XVIII, una escultura de San Roque de hacia 1550, escultura que procede seguramente de la ermita de San Roque, escultura de Cristo crucificado de principios del XVII, escultura de la Virgen con el niño del sXVIII, pintura del Cristo de Burgos del XVIII, terno bordado del siglo XVIII, cruz parroquial de finales del XVI con escultura de Cristo crucificado en el anverso y la Asunción de la Virgen en el reverso.

En el Baptisterio destaca la pila bautismal renacentista del XVI y una escultura de Cristo crucificado, de la segunda mitad del XVI con cruz de gajos.

Ya por último en otras dependencias de la Iglesia podemos encontrar una escultura de San Millán de finales del s.XVI, una escultura gótica, muy deteriorada, de principios del XVI que representa un santo Obispo, una pintura sobre tabla de la Virgen con el niño del XVII muy deteriorada.

Queda patente por los desembosos hechos para la construcción y ornamentación del templo en el siglo XVI, era producto de una economía saneada y consecuencia de un creciente apogeo de la villa.

Con el derrumbamiento de la Iglesia se perdió parte del importante patrimonio cultural, como el púlpito y su barandilla de hierro forjado, así como la verja que circundaba el altar mayor, tan sólo se rescató después de unos cuantos años (1987), la lámpara que colgaba del techo de la nave central frente al altar mayor. Restaurada convenientemente, fue colocada en su lugar de procedencia.